LE LLAMARON LUCIO

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Durante los últimos años he seguido con gran interés todo lo relacionado con la remodelación del mercado de St. Antoni y el hallazgo en su subsuelo de una necrópolis romana creada siguiendo el ramal secundario de la Vía Augusta.

Barcelona está asentada sobre un terreno surcado por numerosos torrentes que descienden desde Collserola hasta el mar. Se baraja la posibilidad de que, tanto esta necrópolis como la que está situada en la Pl. Vila de Madrid, quedasen clausuradas después de una gran inundación que sepultó este ramal(posiblemente a causa del torrente de La Magoria en el primer caso).

Uno de los hallazgos que más ha llamado mi atención fue el encuentro casual en 2014 de un busto de aproximadamente 15 cm. que representa a un adolescente de unos 15 años que volvió a ver la luz después de casi dos milenios oculto.

Se desconoce su verdadera identidad aunque la arqueóloga Carme Miró(responsable del Pla Barcino) y su equipo lo han bautizado como Lucio.

Lucio vivió y murió en el siglo I de nuestra era,probablemente entre los años 20 y 50 después de Cristo(época de la dinastía Julio-Claudia),cuando la colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino,empezaba ya a destacar por su carácter emprendedor y su gran espíritu comercial.

No ha sido posible determinar si Lucio residía en la pequeña ciudad amurallada o fuera de ella. En esa época,Barcino era un núcleo de población  de unos tres mil habitantes en una superficie de diez hectáreas. Jamás estuvo llamada a tener la importancia demográfica de Bétulo(Badalona),Íluro(Mataró) o la gran imperial Tárraco(Tarragona),pero muy pronto empezó a convertirse por méritos propios en un enclave comercial y económico de relevancia. En este contexto de prosperidad,Lucio debió ser el hijo de un rico comerciante o el descendiente del propietario de alguna de las fincas agrícolas que se expandían por el llano de Barcelona entre el Llobregat y el Besós. No hay duda alguna de su procedencia patricia ya que sólo ellos podían permitirse el lujo de inmortalizar a los miembros de su familia en monumentos funerarios que,como era costumbre entre los romanos,siempre situaban las necrópolis extramuros,por cuestiones de higiene y sobre todo,por razones religiosas.

Lucio debió recibir una buena formación humanística. Es muy probable que tuviese un preceptor griego que le enseñó literatura,poesía,filosofía,matemáticas,música y conocimientos sobre el universo. Debido a su muerte prematura seguramente jamás llegó a ser instruido en el arte de la estrategia militar.

En la vida de Lucio hubieron también momentos para el ocio. Jugó con dados,tabas,canicas,peonzas e incluso el tres en raya. Debió salir de excursión o a bañarse en el Mare Nostrum. Seguro que acompañó a su padre a las termas(mezcla de gimnasio y centro cívico,donde los hombres más notables hacían negocios mientras se relajaban poniendo sus cuerpos a remojo).

Lucio estuvo rodeado de esclavos y libertos que atendían sus necesidades y caprichos.

Pudo gozar de una alimentación variada consistente en aves de corral(gallinas,palomas..),hortalizas,hojas de parra,frutas(higos,uvas…),productos de caza(liebres y conejos que se cazaban en el llano y jabalíes cazados en los montes cercanos),frutos secos,algo de carne de cerdo y cordero y sobretodo vino(a veces aguado o mezclado con miel),del mar(sardinas,anchoas…)y sobretodo,»garum»,una especie de salsa espesa y oscura hecha a partir de vísceras de pescado fermentadas al sol y mezcladas con sal,que dió a Bárcino fama en todo el imperio y a la que se atribuían propiedades afrodisíacas. La madre y hermanas de Lucio la utilizaban como crema facial para mantener la piel joven y tersa. Tampoco podemos olvidar las apreciadas ostras del litoral barcelonés que a pesar de ser de menor tamaño eran mucho más sabrosas que las de otras zonas productoras.

FUENTE Y FOTOGRAFÍA: Internet.