Una extraña piedra en medio del bosque de Collserola es,según algunos especialistas,un monumento megalítico utilizado por los antiguos pobladores de la zona en cierto tipo de rituales. Se encuentra cerca del parque de atracciones del Tibidabo,en la confluencia de las carreteras de Vallvidrera y de L’ Arrabassada. La roca tiene una docena de cavidades,algunas de las cuales conectadas,lo que demostraría que fue trabajada por la mano del hombre.
El profesor Enric Sunyer Coma,del European University of Washington,la descubrió durante la década de 1970,mientras realizaba unos estudios geológicos en la sierra de Collserola. Se trata de un bloque de granito de un metro y medio de largo por casi un metro de ancho,el origen del cual se remontaría hasta hace aproximadamente el 2000 a. C.

Se supone que debía tener un uso religioso o funerario,todo y que algún estudioso ha apuntado también la posibilidad que se realizasen ritos sacrificiales. En este caso,las cavidades servirían para depositar ciertos órganos de las víctimas,y los conductos que comunican algunos de estos agujeros,para evacuar la sangre. Otras teorías menos macabras indican que podría tratarse de trampas para pequeños animales,según el historiador barcelonés Daniel Cortijo.
No es difícil localizar el megalito si se siguen las indicaciones que el mismo Cortijo ofrece en el blog «Altres Barcelones». Una vez se llega a la cima del Tibidabo,se coge la carretera BV-1418. Poco antes de llegar al cruce con L’ Arrabassada,hay un camino que se adentra en el bosque con dos pequeños tramos de escaleras que dan paso a una ruta muy utilizada por los ciclistas de montaña. La piedra se encuentra a pocos metros a la derecha,entre dos tramos de escaleras.
Otro monumento megalítico conocido de Barcelona es la llamada «piedra del Ángel»,situada en la puerta oeste del monasterio de Pedralbes,además de los documentados pero ya desaparecidos dólmenes de Montjuïc y de Camp de l’Arpa.