La maciza fortificación nueva de las murallas había convertido a Bárcino en uno de los refugios militares aparentemente más inviolables de la insegura vía empedrada que comunicaba Roma y la península Ibérica. Bordeando la costa mediterránea,la vía romana subía hacia el norte de Italia. Giraba entonces a la izquierda,atravesando los Alpes y,habiendo pasado Marsella y Nimes,bajaba a Narbona,atravesaba Bárcino y Tarragona y continuaba más abajo.
De Narbona salía una ramificación de cerca de 160 kilómetros,en dirección noroeste,hacia el Atlántico,que llevaba a Tolosa (Toulousse,en francés). Situada en el camino natural que une las comarcas mediterráneas con Aquitania,que da al Atlántico. Tolosa era una de las ciudades más florecientes de la provincia que los romanos habían denominado Galia Narbonesa o Septimania,por haberse establecido allí la legión Séptima.
Fue la conjunción de una excelente situación estratégica y de la previsora fortificación de las murallas lo que convirtió a Bárcino,hasta entonces una ciudad de segunda categoría,en envidiado refugio militar de primera clase. Más envidiado todavía cuando los visigodos consiguieron entrar dentro de los mismísimos muros del foro de Roma y llevarse cautiva a la bella y joven virgen Gala Placidia,hija del emperador Teodosio el Grande,un día del año 410. Sembrando el pánico en campos y ciudades,los visigodos iban en busca de un emplazamiento definitivo para plantar sus tiendas.

Atada por el pelo a la cola del caballo de Ataúlfo,capitoste de los visigodos,Gala Placidia,la cautiva romana,se vio obligada a seguir la desoladora peregrinación goda por tierras latinas.
De hecho,obligados por otros pueblos,los visigodos se habían visto forzados a bajar hacia el sur de Europa y,por lo que parece,no eran los más terribles de los godos. Se habían convertido en masa al cristianismo antes de atravesar el Danubio y,una vez traspasada la frontera del Imperio,se habían asociado circunstancial y temporalmente con Roma,que los había contratado con el fin de cerrar el paso a otros grupos germánicos intrusos más violentos,como los vándalos.
Ataúlfo,en particular,sin dejar de hablar la primitiva lengua goda,debía saber hacerse entender en latín. Diversas fuentes histórico-geográficas coinciden en que trató de conseguir la amistad o,por lo menos,la tolerancia de los romanos para establecer un reino visigodo en la zona noroccidental del Mediterráneo. Intentó afincarse permanentemente en Narbona,donde entró en la época de la vendimia del año 413 y donde,según un oscuro cronista llamado Olimpiodoro,hizo las paces con la cautiva Gala Placidia y se casó con ella.

La boda tuvo lugar en la casa que tenía en Narbona el galorromano Ingenio a principios del año 414. El cronista del suceso explicó el detalle significativo de que el rey visigodo,vestido al estilo romano,se sentó en un sitial más bajo que el de la novia,para demostrar así su acatamiento al Imperio.
No obstante,el barbudo capitoste de los visigodos era persona non grata para la minoría dominante en Narbona. Ataúlfo,Gala y los suyos pronto fueron expulsados de la ciudad y,traspasando los cercanos Pirineos,tomaron Bárcino como base,aparentemente sin demasiados problemas.
Fue en Bárcino donde Gala tuvo,de Ataúlfo,un hijo,a quien pusieron el nombre de Teodosio,en honor de su abuelo materno,el emperador Teodosio el Grande,que ya había muerto hacía años. Pero el reinado de Ataúlfo y Gala en el palacio de Bárcino fue tan breve como un suspiro. Primero murió el hijo de Gala,quizás envenenado por alguno de los godos partidarios de un bando antirromano. Meses más tarde,en agosto del año 415,Ataúlfo fue también asesinado por los mismos traidores godos de palacio.
La viuda del efímero rey de los visigodos fue rescatada por hombres al servicio de su hermano,enviada a Roma y obligada a casarse con un ministro que,a su vez,murió al cabo de tres años.
Los restos de Gala Placidia reposan en un mausoleo de Ravena,Italia.
Muy pocos barceloneses actuales podrían decir quienes fueron Gala Placidia y Ataúlfo,pero el municipio de Barcelona ha conservado su recuerdo petrificado en placas indicativas de calles y plazas. Lleva el nombre de Gala Placidia una plaza en la parte alta de la aglomeración urbana,en un moderno barrio de oficinas sembrado de antenas parabólicas alrededor de un rascacielos y poblado de clase mediana alta. En cambio,el nombre de su esposo,Ataúlfo,permanece medio escondido,kilómetros más abajo,en una calle estrecha de severas casas góticas,en el degradado casco antiguo de la ciudad. Es como si las divergencias entre la civilidad romana y la aspereza goda se hubiesen mantenido hasta hoy en día.
El reino visigodo con sede en Bárcino sería circunstancial y evanescente. En cambio,el reino visigodo que se formó con capital en Tolosa duraría desde el 418 al 508.
Derribado definitivamente el Imperio romano,la ciudad de Bárcino (ahora a veces llamada Barsilona) recuperaría la condición de corte real visigoda durante unos pocos años del siglo VI y otro poco tiempo del VII,pero sintiéndose magnetizada por la atracción gravitatoria de Narbona,que en cierto modo era la capital de su hinterland natural,incluso en los escasos cien años que los reyes de los visigodos se establecieron en las lejanas tierras de Toletum (Toledo).
Los barceloneses de las centurias siguientes ya no serían conocidos mayoritariamente por nombres latinos,sino germánicos,aunque,sin embargo,hablaban latín. Un latín que,insensiblemente,se iba convirtiendo en otro idioma y en el que se irían introduciendo palabras nuevas. En adelante,cuando los barceloneses fueran llamados a combate,ya no dirían que van al «bellum»,palabra latina,sino a la «guerra»,palabra visigoda.
BARCELONA. J. CASTELLAR-GASSOL. CRÓNICA IV.
FOTOS: INTERNET.