Un acueducto que entra en una casa. Ésto es lo que se puede observar con perplejidad cuando transitas por el Camí de la Font d’en Quintana,en Nou Barris,muy cerca del parque Central. Es un tramo del lecho del antiguo torrente de Quintana,hoy utilizado como aparcamiento. Encima suyo resiste todavía un tramo de tres arcos del acueducto Alt de Montcada,una importante obra hidraúlica que el Ayuntamiento de Barcelona promovió a finales del siglo XIX para garantizar el suministro de agua en la ciudad pero que nunca se finalizó. A pesar de ésto,dejó algunos vestigios como el que nos ocupa.
A finales del siglo XIX,Barcelona acusaba un problema de abastecimiento de agua. La ciudad crecía y el Rec Comtal y los pozos ya eran insuficientes. Por ésto,surgieron diversas iniciativas públicas y privadas para traer agua desde Montcada,de las minas que todavía alimenta el río Besós. Uno de estos proyectos fue el llamado acueducto Alt de Montcada,una obra de seis kilómetros que transportaría el agua hasta un depósito en Vallcarca,desde donde se canalizaría hacia el centro de la ciudad.

La obra se inició en el año 1893 y rápidamente surgieron múltiples dificultades,desde la oposición de los propietarios de los terrenos por donde transcurría la canalización,hasta la hostilidad de las compañías privadas de suministro por lo que consideraban intromisión de la administración municipal en su negocio.
Aunque el acueducto Alt de Montcada nunca se terminó,han sobrevivido algunos vestigios. Recientemente,unas obras en la Trinitat propiciaron el descubrimiento de lo que fue uno de los tramos emblemáticos de este acueducto,caracterizado por tres grandes agujeros circulares en la estructura. Las obras de urbanización frenéticas que se llevaron a término en esta zona durante las especulativas décadas de 1960 y 1970 lo acabaron enterrando. Otro tramo que ha sobrevivido es el ya citado del Camí de la Font d’en Quintana.